22 noviembre, 2010

Las redes Wi-Fi dañan a los árboles y el amor en el mundo ¿por qué no?

Las redes Wi-Fi dañan a los árboles y el amor en el mundo ¿por qué no?: "

Me entero vía Twitter de que “medios” como  Público , Muy Interesante, 20 Minutos, RTVE, la SER o El País se hacen eco de una noticia aunque este último ofrece un enfoque bastante menos sensacionalista del asunto. Incluso blogs “grandes” como Fayer Wayer.


Resulta que, al parecer, en una universidad holandesa (gracias a Irreductible por el link) han hecho un “”"”estudio científico“”"” que parece indicar que las ondas electromagnéticas emitidas por las redes Wi-Fi podrían dañar a los árboles. Se trata de un estudio preliminar peeero esto no es lo que parece, si uno lee a los distintos medios.


Los ingredientes perfectos para tener el drama servido y traer de nuevo sobre la mesa un debate basado en la confusión y en la ignorancia.En el artículo del medio holandés que se hace eco de la noticia dicen:


The reports say researchers subjected 20 ash trees to emissions from six wifi access points over a three-month period and found that the leaves closest to the source withered and fell off. Sweet corn subjected to the same emissions failed to grow properly.


Es decir, una muestra de nada menos que 20 árboles han sido expuestos a la maléfica radiación emitida por 6 puntos de acceso inalámbricos y la agonía se prolongó durante 3 meses nada menos. ¡Son unos monstruos!


¿De verdad de ahí se puede concluir algo? Aparte del sensacionalismo y de la basura vendida en nombre de ciencia poco más se puede sacar.


La metodología del método científico la relata perfectamente el artículo Estudios científicos: cómo detectar una chapuza“, Per Ardua Astra, Oct 2010; y además con un ejemplo que viene perfectamente y estoy convencido de que sería incapaz de decirlo de forma más clara y precisa.


Veamos las razones por las que este experimento NO es un experimento científico que permita sacar conclusiones:


- El tamaño muestral (20 árboles) es ridículo.


- No existe un grupo de control (20 árboles no expuestos frente a los que sacar conclusiones) mencionado en el estudio.


- No hay un experimento repetido en otra parte para descartar que se deba a otros factores ambientales con lo que la muestra no es representativa. También la aleatorización es inexistente.


- No se habla en ninguna parte de un control externo al experimento que nos haga pensar en que se ha seguido la metodología de un doble ciego.


- No se ha sometido el artículo a una revista de revisión por pares, se ha publicado en un medio general como PC World, por ejemplo.


No existen evidencias de que las radiaciones electromagnéticas producidas por las redes WiFi sean dañinas en modo alguno debido a la potencia con la que están certificados los aparatos emisores. Que parece que la gente oye la palabra “microondas” y se piensa que se va a cocer como una pechuga de pollo.


Hay muchísimo miedo infundido a este tipo de radiaciones porque la propia palabra radiación está demonizada al estar envuelta en un velo de misterio y desconocimiento. Y si a eso añadimos que los medios en lugar de informar de forma responsable se dedican a difundir cosas sin tamizarlas antes un poquito, ya tenemos la alarma social dispuesta a que gente sin escrúpulos se lucre de ese miedo (como por ejemplo, los amigos de la FSG).


¿Que las microondas pueden matar? Pues sí. Para eso necesitas potencias de cientos o miles de watts.


¿Puede matarte una bala? Depende. Si la lanzas con la mano no. Si la disparas con un arma, entonces sí. ¿De qué depende? De la cantidad de movimiento de la bala, el producto de su masa por su velocidad que producirá graves lesiones y traumatismos incompatibles con la vida. La diferencia en orden de magnitud será que la cantidad de movimiento que lleva una bala lanzada por una mano será 100 o 1000 veces menor a la que tendrá la lanzada por un arma.


Pero señores, la potencia a la que trabaja un horno de microondas es centenares o miles de veces mayor a la que trabaja un aparato de WiFi. Pero eso no es todo. Un horno microondas necesita que el alimento sea contenido en una cavidad diseñada a efectos de maximizar la exposición creando una onda estacionaria. Las redes inalámbricas dispersan la radiación en todas las direcciones. Grosso modo: no es lo mismo repartir 1 Watio en una dirección que repartir 1 Watio por todas las direcciones posibles. Más aún. Las antenas. Cuantas más antenas, menos potencia por antena tienen que tener para garantizarse la cobertura. ¡Estamos hablando de potencias que no llegan ni de broma para producir esos efectos!


Con esa potencia, el posible efecto de calentamiento es de sobra disipado por el riego sanguíneo. ¿Álguien se ha parado a pensar en la densidad de potencia por unidad de superficie que nos enchufa el Sol desde 150.000.000  de kilómetros de distancia? Porque es bastante grande, desde luego, mucho más que con la que nunca te irradiará una antena de telefonía o un router WiFi.


En serio, que alguno de estos espabilados coja chorrocientos routers WiFi e intente producir electricidad a partir de la radiación electromagnética con células fotovoltáicas por ejemplo. El efecto fotoeléctrico por el que Einstein se llevó el Nobel funciona perfectamente. Es que el Sol emite del orden de cientos de miles de veces más densidad de potencia por unidad de superficie y por tiempo que todos esos aparatos.


Es muy peligroso desinformar a la población y crear falsos miedos, porque que haya una remota posibilidad de que pudiera en el futuro encontrarse un “pero” no significa que cualquier idea disparatada que se les ocurra vaya a significar que nos van a matar de cáncer tanta red inalámbrica. Porque hay mucha gente que va creyéndose eso solo porque lo dice X periódico.


Y lo triste es que ellos cuentan con los medios para alzar lo voz y despejar las dudas, pero no lo hacen. Todo lo contrario. Porque total, es solo un post para rellenar un huequecito a la hora de maquetar. Como si pusieran “el veloz murciélago hindú comía cardillo y kiwi” 27 veces seguidas.


En un mundo ideal habría responsabilidad penal por difundir esa clase de despropósitos.


En definitiva: las mismas razones para culpar a la WiFi hay que para culpar a cualquier otro factor arbitrario que se nos ocurra. Y yo he escogido culpar a la falta de amor en el mundo.  Ya puestos.


Actualización 1: acabo de ver en un tweet de irreductible que en Boing Boing ya les han puesto de vuelta y media. Pero lo a gusto que me he quedado, no me lo quita nadie.


Actualización 2: Público ha decidido retirar el artículo pidiendo disculpas en Twitter. Desde aquí aplaudo su rectificación.


Actualización 3: Muy Interesante publica en Twitter matizando que ni son resultados definitivos ni se conoce el paper.


Actualización 4: Se trata de un estudio preliminar. Esto significa que hasta que no se haga la investigación completa, no se pueden sacar conclusiones. No hay paper todavía.


http://twitter.com/#!/muyinteresante/statuses/6735090264580096





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